La depilación láser, tan popular entre la población femenina de nuestro tiempo, es el proceso de eliminar pelo o vello no deseados por medio de la exposición a pulsos de luz láser que destruyen el folículo piloso. Se estuvo probando de manera experimental durante cerca de 20 años antes de pasar a estar disponible comercialmente a mediados de los años 1990. La eficacia de la depilación por láser es aceptada comúnmente hoy en día por la comunidad dermatológica, y se realiza en multitud de clínicas a lo largo y ancho de nuestra geografía. Personalmente conocemos esta en Pontevedra, donde nos pusimos al día de las últimas tecnologías para estos tratamientos. También se puede practicar la depilación láser a nivel doméstico con aparatos destinados al auto-tratamiento en el hogar.
El principio básico es la eliminación de pelo mediante láser es la fototermólisis selectiva. ¿Qué significa esto? Pues es en esencia la aplicación del laser en tal manera que, en la zona donde se aplica, quema la sustancia oscura, la melanina que está en el folículo, que es donde el pelo crece, y lo hace sin afectar apenas al área circundante. Físicamente, el efecto es similar al que ocasiona que cuando el sol ilumina una superficie oscura, esta se calienta mucho más que si ilumina una superficie clara. Lo que hace el láser es lo mismo pero multiplicado por cien ya que es una luz muy concentrada, de alta energía, aplicada en una zona muy pequeña. Conociendo su principio de funcionamiento, es fácil entender por otra arte por qué la depilación laser no da buen resultado con el pelo claro, o con las pieles oscuras.
Junto a la depilación, el láser también se emplea también en la piel para otros usos, como la eliminación de tatuajes o de manchas de nacimiento.